El viernes 22 de marzo, los peques de mi clase se encontraban especialmente nerviosos y contentos: era el día en el que nos daban las vacaciones de Semana Santa. A pesar de esto, no se les olvidó que era el día en el que el Libro Viajero se iba a casa de alguna familia y me recordaron, después de la asamblea, que había que sortear quien se llevaba el libro a casa...
Valeria, que era ese día la encargada, cogió un papelito de los que tiene Pepín en su interior, ya van quedando pocos, y con un par de pistas los peques adivinaron enseguida quien se llevaba ese día nuestro Libro Viajero a casa. Era un nombre de niña, que comenzaba con la letra L... Laia levantó enseguida la mano, muy contenta, porque adivinó que el nombre que había escrito en el papel que sacó Valeria era el suyo.
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