El primer viernes a la vuelta de las vacaciones de Navidad, el 12 de enero, mis peques estaban expectantes en ver quien se llevaba a casa el Libro Viajero. ¿Será un niño o será una niña?, se preguntaban. Así pasa todos los viernes...
Álvaro, que era el encargado ese día, cogió un papelito de los que hay dentro de Pepín. ¿Qué nombre estaría en el escrito? Los peques se divierten mucho con el juego de pistas de cada viernes; ese día la primera pista indicaba que el nombre era el de un niño. El nombre tenía dos palmadas, acababa con la letra L y comenzaba por la A...
Abel enseguida levantó el brazo porque adivinó que el nombre escrito en el papel era el suyo y se puso muy contento porque iba a llevarse el Libro Viajero a casa ese fin de semana:
El martes siguiente, los martes son los días en los que hay que llevar a clase el Libro Viajero, Abel venía muy contento al colegio, porque iba a enseñarnos a todos lo que había hecho en casa en el libro. La imagen que le había tocado tenía siete velas y esta es la interpretación que Abel le dio:
¡Excelente trabajo el realizado por Abel! Nos dijo que lo había hecho en casa y que había recibido la ayuda de papá y mamá; por tanto, les damos las gracias por haber colaborado en la realización de otra página de nuestro Libro Viajero.
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