Con los dedos de una mano se pueden contar los niños y niñas que quedan por llevarse un fin de semana a Pelusa, concretamente son cuatros los que aun no han disfrutado de nuestra mascota en su casa.
El pasado viernes 6 de marzo, estos niños y niñas estaban muy nerviosos y deseaban que el nombre que sacara la encargada de ese día fuera el suyo. Irene Mazuecos fue quien sacó de la tripa de Pepín un papelito:
El pasado viernes 6 de marzo, estos niños y niñas estaban muy nerviosos y deseaban que el nombre que sacara la encargada de ese día fuera el suyo. Irene Mazuecos fue quien sacó de la tripa de Pepín un papelito:
No hizo falta que Irene escribiera el nombre que había en el papelito en la pizarra, Pablo lo reconoció enseguida y levantó muy contento la mano "¡Soy yo!", dijo muy contento, ¡sabía que era él quien se llevaba a Pelusa a casa!
El lunes siguiente, cuando volvimos al "cole", Pablo y nuestra mascota venían muy contentos, se lo debían haber pasado muy bien juntos y estaban deseando contárselo al resto de la clase. Pablo nos contó todo lo que habían hecho: fueron de paseo, también fueron a jugar con un amigo suyo, Gonzalo; fueron de compras, fueron al campo a buscar minerales. Visitaron a los abuelos de Pablo, jugaron en casa a las damas y a la oca, vieron una película y comieron palomitas...¡Qué intenso fin de semana!
¡Muchas gracias a Pablo y a su familia por haber acogido a Pelusa durante todo el fin de semana y por haber participado en el Libro Viajero!
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