El pasado martes 28 de octubre participamos en una actividad fuera del colegio, concretamente fuimos al Museo del Quijote de nuestra localidad...
La salida se realizó para ver un cuento en kamishibai titulado "Viajando al origen de Ciudad Real" y desde que los peques supieron que íbamos a ir de "excursión", como ellos decían, no paraban cada día de preguntarme que cuantos días faltaban para ir...
Y, por fin llegó el día. Todos venían nerviosos y emocionados porque toda actividad que se realiza fuera del colegio es algo novedoso para ellos y les encanta.
Para facilitar el trayecto desde el colegio hasta el museo, que es un poco largo para los niños y niñas de estas edades, pedí ayuda a las familias de la clase para que me acompañaran unos cuatro o cinco adultos y no tuve ningún problema en encontrar voluntarios. Así que cuando todos estábamos preparados salimos de camino para el museo...
Íbamos por la calle, agarrados a una cuerda para que ninguno se saliese de la fila y los peques iban mirando para todos los lados y sorprendiéndose de todo lo que veían... Nos fijamos en todo lo que hay en la calle y que en el cole habíamos aprendido: farolas, papeleras, bancos, aceras, pasos de peatones, y...tiendas, ¡muchas tiendas!
Las mamás y el papá que nos acompañaron nos facilitaron mucho el trayecto hasta el museo porque iban pendientes en todo momento de nosotros y cuando teníamos que cruzar una calle, siempre por los pasos de peatones, nos paraban el tráfico para evitar posibles accidentes...
Llegamos enseguida al museo pero, como otro grupo de compañeros estaba dentro realizando la actividad, tuvimos que esperar un poquito fuera, pero nos vino bien porque, sentados, descansamos un poquito después del largo paseo.
No tuvimos que esperar mucho tiempo y estábamos muy a gustito sentados en los bancos, al sol... Cuando por fin pudimos entrar al museo, lo primero que nos dieron a cada uno fue una moneda que nos tuvimos que guardar...¿Para que sería?
Con nuestra moneda en la mano, y siguiendo a una monitora muy simpática y agradable, que nos indicaba el camino a seguir, porque el museo es muy grande, nos encontramos con un señor, sentado, escribiendo con una pluma, que en cuanto nos vio llegar nos habló...¡menuda sorpresa! ¡Era el famoso escritor Miguel de Cervantes!, y estaba acompañado de dos figuras de don Quijote y Sancho Panza, personajes creados por él mismo...
Cuando llegamos a la sala en la que teníamos que entrar, vimos que la puerta estaba cerrada y había una máquina, ¡era una máquina del tiempo!
La monitora nos contó que para poder entrar en la sala, debíamos depositar dentro de la máquina la moneda que nos habían dado cuando llegamos...¡ya sabemos para lo que servía!
Así que, de uno en uno, los peques, el papá y las mamás que nos acompañaban, la seño Silvia, la seño María y la seño Araceli, pusimos nuestra moneda dentro de la máquina. ¡ya podíamos entrar!
Una vez que entramos, nos sentamos y comenzó la actividad... Como la máquina nos indicaba íbamos a hacer un viaje por el tiempo en nuestra ciudad: Ciudad Real... Con la ayuda de un kamishibai nos contaron un cuento:
Escuchamos muy atentos como de la mano de Lucía y del rey Alfonso X el Sabio, dábamos un paseo por la historia de Ciudad Real.
Visitamos lugares emblemáticos de nuestra ciudad como el Parque de Gasset, la ermita de Alarcos, la Puerta de Toledo, la Catedral, los Jardines de Prado, la Iglesia de Santiago y la de San Pedro, el Ayuntamiento...
Cuando acabó el cuento, que nos gustó mucho, tenían preparadas más actividades... Nos organizamos en grupos y nos repartimos en las mesas que había, comenzamos formando un puzle del rey Alfonso X el Sabio:
Fue fácil resolverlo y todos los grupos lo hicieron fenomenal, y este fue el dibujo resultante:
A continuación, a cada uno de los peques les dieron un dibujo del cuento en un kamishibai como este:
Igual que antes, en las mesas, colorearon el dibujo:
Y para finalizar las actividades relacionadas con el cuento, los peques se iban a convertir en reyes/reinas, caballeros/caballeras... Posaron en el trono que allí había...
¡Me encantan estos peques!
Y con esto finalizaba la actividad, con un fuerte aplauso para las personas artífices de ellas, nos organizamos de nuevo para volver al cole...
Acompañados, igual que a la ida, regresamos al colegio muy contentos por todas las actividades realizadas y por haber salido un ratito de nuestras rutinas de cada día...
No quiero finalizar la entrada sin agradecer al papá y a las mamás que nos acompañaron durante el trayecto de ida y vuelta y en el transcurso de las actividades. ¡Muchas gracias de nuevo!



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