El pasado viernes 18 de enero, como cada viernes, algún niño o niña de la clase se iba a llevar a Pelitos y a Peloncho a su casa, para pasar juntos todo el fin de semana...
Como cada semana, nuestro encargado del día sacaba del bote azul un papelito en el que estaba escrito el nombre del niño o de la niña afortunado... ¿Quién sería en esta ocasión?
Adrián Viera, que era el encargado, sacó un papel en el que estaba escrito el nombre de Nazaret. ¡Qué contenta se puso cuando escuchó su nombre!
Cuando llegó la hora de salir, con todo el jaleo que se forma en la clase para recoger, ponernos los abrigos, colgarnos las mochilas y prepararnos para irnos a casa, a Nazaret se le olvidó decirme que se tenía que llevar a Pelitos y a Peloncho a su casa; a mí también se me olvidó. Pelitos y Peloncho se vinieron de nuevo a mi casa pero a la vuelta del fin de semana, subsanamos el error y nuestros amigos se fueron el lunes a casa de Nazaret que los trajo de vuelta el jueves...
Venían todos muy contentos, se lo habían pasado de maravilla: fueron al campo, conocieron a la perrita de Nazaret y Ainhoa, que se llama Kiara; vieron las gallinas y recogieron los huevos que habían puesto...¡qué divertido! También estuvieron en el parque de bolas, donde se divirtieron mucho y lo pasaron genial... Así nos lo han contado en el libro:
¡Muchas gracias a Nazaret y a su familia por los días que han pasado con Pelitos y Peloncho y por habérnoslo contado en el Libro Viajero!
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